Carlos Azpúrua: “Existe un movimiento cultural bien particular en nuestro cine”


Mientras hacía la cola para escoger  una película en una sala de cine comercial de Caracas, escuché detrás de mí, el siguiente diálogo de una muchacha y un muchacho de aproximadamente 20 años. Estaban seleccionando entre  dos películas venezolanas: – Está Tres bellezas a la 4 y 25 y Espejos, pero es muy tarde y los domingos son muy solos.

-Tres bellezas me dijeron que era fina, ¿será que vemos esa?

-Okey vamos a ver esa.

La conversación anterior era impensable 20 años atrás, pero en la  actualidad  el cine venezolano vive un momento estelar; según cifras del CNAC (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía) cuatro millones y medio de espectadores, disfrutaron de su cine en las distintas salas comerciales en el 2014. Es decir que los cinéfilos y no cinéfilos pudieron escoger opciones nacionales entre la cartelera  hollywodense a la que estamos acostumbrados. Carlos Azpúrua, uno de los realizadores cinematográficos con más larga trayectoria resalta los beneficios que existen para las nuevas generaciones que quieren hacer cine  a partir la aprobación de la ley de cinematografía en 2005. “Nuestro cine ha tenido un crecimiento gradual imparable. Esa ley de cine es una conquista histórica de los cineastas. Y esa visión de tener una ley de cine; es una visión de gremio más allá de las diferencias ideológicas. Y habla muy bien  del diseño histórico de políticas para consolidar la cinematografía nacional. Creo que si hay un movimiento cultural bien particular de estudiarse en cuanto a visión y diversidad de propuestas es precisamente nuestro cine”.

Si observamos  dos de los estrenos de enero de 2015 nos daremos  cuenta que la afirmación de Azpúrua, tiene base. Ya el cine venezolano está muy lejos  de esas etiquetas de los años 80 de “malandros y delincuentes”. Tres Bellezas, de Carlos Caridad Montero, (estrenada el 23 de enero)relata la historia de una madre venezolana obsesionada con tener una Miss en su casa. El film retrata la superficialidad y la distorsión de la imagen femenina en la mente de muchas venezolanas. Es una tragicomedia con un final impactante. Nikkei  (estrenada el 30 de enero) es una película, narrada en primera persona realizada por Kaori Flores, muestra el recorrido de los inmigrantes japoneses para llegar a Venezuela.

Carlos Azpúrua destaca también que la probación de  La Ley de la Cinematografía Nacional ha creado  un ambiente favorable en cuanto al financiamiento y la colocación de los films venezolanos  en cartelera. “La creación de Fonprocine, (Fondo de Fomento cinematográfico) y la obligación por ley al sector privado; y no de una manera autoritaria  sino por derecho, de proyectar las películas venezolanas por dos semanas como mínimo; que está basado en un concepto de corresponsabilidad, es un gran avance. La creación de la Villa del Cine es una propuesta de producción diversa que coadyuva para la realización cinematográfica. Todo eso en conjunto, permite en el 2014 el 16% de la audiencia cinematográfica del país la haya logrado el cine nacional”

Azpurúa afirma sentirse orgulloso de su gremio, “Yo puedo tener cualquier cantidad de diferencias ;desde el punto de vista de propuestas, pero si hay algo que celebrar, es el inmenso respeto que nos tenemos unos a otros”.

Sabino Vive

Azpurua  estrenará el 6 de febrero en las salas nacionales el documental  “Sabino vive”  que está basado en los hechos de la vida del yukpa Sabino Romero, un luchador indígena quien fuera asesinado el 3 de marzo de 2013, en la comunidad de Chaktapa de la Sierra de Perijá, en el estado Zulia, Venezuela.

Este director contó cuál fue su motivación para realizar este documental: “Soy un apasionado de la biodiversidad de mi país, lleno de selvas, y paisajes hermosos. También amo su gente. Yo tengo mucho tiempo trabajando con los pueblos indígenas, por ello en mi investigación previa, me di cuenta que  hubo un registro de video  Sabino, de sus actos, de sus encuentros con el pueblo Yukpa. Decenas de colectivos indígenas complementaron  mi trabajo y yo los complementé a ellos. Es la historia de un luchador comparado con Guaicaipuro, criminalizado, no entendido,  y que le pertenece a la revolución bolivariana”.

Uno de los aportes más importantes de este documental según Azpurúa se refiere a “ Reflexionar profundamente las contradicciones que tiene nuestro proceso revolucionario y reflejar la lucha del pueblo Yupka por sus tierras, por sus selvas, sus ríos y  su dignidad.”

Carlos Azpúrua es uno de los más destacados cineastas de Venezuela, sus inicios fueron con producciones en el género documental tales como “Yo hablo a Caracas” (1978) y “Caño Mánamo” (1983). “Disparen a Matar” (1990), es una de sus películas más conocidas, como también “Amaneció de Golpe” (1998), con guión de José Ignacio Cabrujas.

La conversación con Azpurúa  se realizó  vía telefónica. “Estoy muy emocionado me encuentro  en Maracaibo para estrenar Sabino Vive  en el Teatro Baralt. La receptividad de la gente ha sido tal que colocamos una pantalla afuera del recinto”.

 

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