Industria química: Venezuela es un país desindustrializado

La industria química en Venezuela es la que se encarga de producir productos que van desde pasta de dientes, jabón , preservativos para los jugos, resinas plásticas para los envases, lubricantes para los carros, repuestos para aire acondicionado del metro, tinta para el papel, etc. Así lo explica el presidente de la Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica (Asoquim), Juan Pablo Olalquiaga, afirmando que sin esta industria sería imposible vivir.

“El proceso de desindistrialización es un fenómeno que afecta al sector químico ya que –entre otras cosas- disminuye el valor agregado nacional que los productos van teniendo”.

Casos ejemplares. Olalquiaga señala como ejemplo de ese ese proceso de desindustrialización dos casos particulares: Carbonato de calcio y producción de colchones.

En el primero de ellos el director de Asoquim explica que cuando el gobierno quitó la concesión a las compañías que tenían la experticia para dinamitar las minas de carbonato de calcio para otorgársela a las comunidades,se destruyó la capacidad de producción del mineral ya que estas comunidades que no contaban con los conocimientos básicos, comenzaron a dinamitar las minas erróneamente mezclando los minerales.

El carbonato de calcio no se puede usar mezclado, por eso ahora se importa, algo que en ninguna parte del mundo se ve. Así se destruye la capacidad de producción: por desconocimiento”, afirma el representante del sector químico.

El segundo ejemplo que narra es el caso de los colchones que hasta hace pocos años atrás eran productos 100% venezolanos ya que la materia prima con la que se fabrican (goma espuma, telas, hilos y alambres) se producían en Venezuela. Hoy en día las empresas encargadas de fabricar la goma espuma tienen que recurrir a la importación de la materia prima (poliuretano) para poder obtener el producto. Pasa lo mismo con las telas, los hilos y el alambre.

“Las telas y los hilos se dejaron de fabricar, ahora se importan. El alambrón se suplía de Sidor y hoy también se importa el alambrón (…) el colchón termina fabricándose a partir de productos importados. Eso es evidencia de un país desindustrializado”, afirma Olalquiaga.

Las divisas. “El sector consume 1.300 millones de dólares en materias primas que no se fabrican en Venezuela y que se importan y se transforman”, informa Olalquiaga destacando que el año pasado solo tuvieron acceso a 500 millones de dólares “eso es menos de la mitad de lo que el sector necesita.

Deuda con el sector.  El director de la misma organización (Asoquim), Francisco Acevedo, explica que una de las consecuencias por el tema de retrasos en la asignación de divisas está relacionado con las aseguradoras. “Las compañías del país que tienen seguros internaciones se han visto afectadas porque se les han quitado los créditos completamente porque no entienden el sistema”, indica Acevedo resaltando además que todo lo que va para Venezuela no puede tener créditos y eso se traduce en una reducción de la capacidad de producción de entre 20 y 40%.

Por su parte, Olalquiaga apunta que la deuda que se tiene con el sector pasa los 350 millones de dólares de los cuales 230 corresponden a facturas que se vencieron en diciembre de 2013 hacia atrás.

Precios controlados. “En el intento de privilegiar a los consumidores se ha venido trabajando a pérdidas y así las industrias van desapareciendo”, advierte Acevedo añadiendo que no solo las empresas sufren sino que también el consumidor se ve afectado porque termina pagando las consecuencias de la escasez de productos que debe adquirir a mayo precio. “Sufre la industria y sufre el consumidor por una política económica errada”, afirma.

Soluciones y propuestas. Los integrantes de Asoquim coinciden en que más allá de la asignación de divisas es importante que el gobierno cambie las políticas para reactivar el sector industrial. “No solo es un tema de divisas, es un tema de reglas claras, de política económica e industrial”, dice Acevedo a lo que Olalquiaga añade que se requiere también generar confianza y eliminar la burocracia de permisos que requiere el sector para trabajar.

“Se requiere más que divisas, se requiere confianza y la confianza  proviene de que nos podamos sentar gobierno y sector privado para establecer las políticas que sean necesarias. Políticas articuladas en materia de permisos. Para poder trabajar en Venezuela se requieren demasiados permisos y no se dan sobre la base de la racionalidad”, critica Olalquiaga

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