1) Radiografía de una crisis
Nuestra institucionalidad ha dejado de ser un canal que permita transmitir las demandas populares y canalizar las estrategias de respuesta. El gobierno de Nicolás Maduro intenta minimizar la crisis económica culpando a la guerra económica, los acaparadores o los contrabandistas. Al mismo tiempo, disminuye la publicación de estadísticas oficiales tanto en variedad como en periodicidad. Pero no informar sobre la crisis no es útil, y el pueblo sigue sintiendo sus efectos.
2) 2014: Modelo para armar
Diferentes opiniones políticas, diversos entornos socio-económicos en un país cada vez más segregado, bases (tanto oficialistas como opositoras) demandando más poder y participación, mientras los grupos dirigentes son reacios a la apertura. Todas estas son las piezas del rompecabezas que hay que armar.
3) Nuestro débil estado omnipotente
en resumidas cuentas, nuestro estado no había sido tan débil desde los tiempos de Juan Vicente Gómez. Sin árbitro imparcial, sin leyes que se cumplan, sin derechos ciudadanos, sin control de la violencia, el estado de naturaleza ha dejado de ser una ficción: bienvenidos a la guerra de todos contra todos.
4) ¿Quién paga la cuenta?
la población más vulnerable no acumuló en estos años recursos suficientes para salir airosa de tiempos más difíciles. A la vez, es esta misma población la que enfrenta los costos más duros: la inflación más alta se concentra en los alimentos, rubro al que los más pobres dedican la mayor parte de su ingreso; los empleos de baja calificación son los más inestables y precarios, con menor capacidad de negociar aumentos salariales para compensar la inflación
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