En kayak por el río Morichal Largo en Venezuela
Una vez más nos unimos a los mejores con atención a un aspecto que nunca debemos pasar por alto: la seguridad. Biotrek es la empresa tour-operadora de más trayectoria y mejor reputación en travesías con kayaks en Venezuela. En esta nueva oportunidad navegamos junto a ellos y a su líder, el expedicionario Aramis Mateo y nos adentramos en el espléndido cauce que dibujan las aguas del río Morichal Largo sobre las tierras del Estado Monagas.
Siguiendo con la tradición de Biotrek, empresa con la cual hemos tenido diversas y siempre buenas experiencias que nos han permitido adentrarnos por lugares increíbles de Venezuela, acordamos vernos para la salida en la ya clásica estación de servicios estratégicamente ubicada al frente de un reconocido centro comercial de la capital venezolana. De allí partimos de noche, como en anteriores oportunidades, pero con rumbo al sur del Estado Monagas. Luego de un prolongado recorrido inicial cercano a la franja costera del Mar Caribe y próximos al amanecer de ese nuevo día, viramos hacia el sureste (alejándonos del mar), para acercarnos a nuestro punto de salida con los kayaks. Llanuras impresionantes comenzaron a aparecer espléndidamente ante nuestra aún somnolienta mirada; el paisaje ahora se mostraba levemente alumbrado con un cálido toque naranja que nos regaló el sol en su tímida salida por el horizonte monaguense. Observar la inmensidad de la llanura venezolana impresiona nuestro espíritu, en igual magnitud que cuando estamos en otros de los monumentales paisajes de nuestro país: en sus elevadas montañas andinas o en su enorme mar.
Día 1:
¡Al agua! ¡Máquina!
El sitio para zarpar fue cerca de un poblado llamado Temblador, en uno de los márgenes del río Morichal Largo donde se logran divisar viviendas sencillas de madera, construidas por los “arquitectos” de la etnia *Warao, sobre las tranquilas aguas del río, apoyadas en pilares clavados en el lecho fluvial (palafitos).
Antes de iniciar nuestra aventura en los kayaks, desayunamos y alistamos los equipos, que cada quien llevaría en los compartimientos secos o estancos que tienen las embarcaciones de la travesía. Luego de una corta y sencilla explicación sobre aspectos de seguridad y técnica, proporcionada por Aramis Mateo, dejamos en el olvido esos kilómetros de rodada que se hicieron desde Caracas durante toda la noche para llegar al sitio en el que nos encontramos con el agua y la intensidad del verdor selvático tropical que nos acompañaría en esta nueva expedición de nuestro equipo.
Dispuestos, preparados para la aventura y sobre nuestro nuevo elemento y medio de transporte, avanzamos a favor de la tímida corriente del río Morichal Largo, tras escuchar la señal acostumbrada por nuestro líder: “¡Máquinaaaa!”
Noche de luna llena
Luego de un avance significativo y pasado el medio día, llegamos a un palafito deshabitado, pero bastante amplio y apropiado para armar la cocina, preparar comida y establecer nuestro campamento de esa noche, en la que fuimos asediados por mosquitos que se “rieron” de nuestras cremas repelentes y que unidos a otros insectos comunes en este tipo de climas y escenarios naturales (tábanos) se dieron banquete dándole la bienvenida a los “exploradores citadinos…” ¡Jajajajaja! “Disfrutar” de esta realidad es parte de la diversión. La experiencia, aunque “molesta” en ese instante, también sirvió para estimular la creatividad y el buen sentido del humor entre todos los asistentes, que a pesar de ello, nos integramos mucho más y nos la ingeniamos para evitarlos y disfrutar de un escenario increíble que nos regaló una noche “brillante” de luna llena y de un espectáculo único cubierto de estrellas, cometas y buena tertulia entre compañeros de aventura.
De nuevo al agua y de nuevo el grito del líder: “¡Maquinaaaa!” Continuamos el segundo tramo o como dicen los navegantes, la siguiente y última pierna de la travesía propuesta. Casi al final de la misma, entramos a una laguna en la que el viento irrumpió con más fuerza y la navegación cambió radicalmente para nosotros, paleábamos (término correcto para impulsar un kayak) y sentíamos como que no avanzábamos, pero –afortunadamente-, fue una falsa percepción. Con la mirada fija en un muelle, al fondo, logramos divisar a otros compañeros y guías de Biotrek que nos esperaban para ayudarnos con el porteo de los kayaks hasta los vehículos, porque aún debíamos sortear un escollo: cruzar un “jardín de plantas flotantes” que parecían de plástico y que no harían para nada suave nuestra llegada. Superada esta aventura del desembarque, iniciamos las siguientes: un paseo “off road” en 4×4 y tractor hasta la hacienda de unos colaboradores de Biotrek en la zona para cenar, dormir y restaurar energía.
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El sitio para zarpar fue cerca de un poblado llamado Temblador, en uno de los márgenes del río Morichal.
Día 3: Pensando en la próxima travesía en kayak… La experiencia siempre nos deja cansados, pero animados en volver al agua y a la aventura. Y esta vez no fue distinto por el hecho de haber disfrutado una buena experiencia con los amigos de Biotrek. Esperamos que sea pronto para seguir mostrándoles -junto a los mejores- esos interesantes lugares que tiene Venezuela para realizar este tipo de actividades deportivo-recreativas. ¡Hasta la próxima, equipo! ¡Máquinaaaa!
Locación elegida para la travesía: Río Morichal Largo Ubicación: Estado Monagas – Venezuela Distancia terrestre (desde Caracas): 600 km Distancia de navegación total: 50 km Días: 2 Nivel de exigencia: Medio-Bajo Velocidad de la corriente fluvial: Imperceptible (3 km/h, aprox.)
Biotrek es una empresa especializada y certificada para la organización de excursiones en kayak. Como tour operador de ecoturismo, ofrece una amplia variedad de destinos. Morichal Largo es uno de ellos. Son muchos los que ofrecen durante todo el año en Venezuela. Los invitamos a ver su calendario de paseos y a ser los protagonistas de las próximas aventuras. Para obtener más detalles y/o reservar sus cupos, pueden acceder a su sitio web: www.kayakvenezuela.com CANAL DE CONTACTO:
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