Se deforma la palabra
Hay palabras que en la cotidianidad pierden su concepto real, se les toma en broma y se prostituyen en las conversaciones usuales. Ahora a la gente exigente, que es muy emocional o que se apasiona por un tema especifico, se le trata de “Intensa”. En este país ya la gente no habla de más sino que se “encadena”. Y bueno, la expresión “que fluya” es usada de forma indiscriminada para evadir cualquier compromiso. Es común también, que ahora la gente se refiera a personas volubles o de cambiante humor como “bipolares”, sin conocer realmente el significado de esta palabra. Este término es mucho más serio, pues su significado se refiere a un diagnostico psiquiátrico capaz de cambiar la vida de quien lo padece.
Una historia real
Josefina Pico, le da el carácter de seriedad que tiene el término bipolar, hablándome de su caso. Fue diagnosticada cuando tenía aproximadamente 20 años, dado que sufría de depresiones severas que luego podían pasar a estados maníacos. Según lo que ella recuerda, este padecimiento lo tiene desde niña, solo que antes esta enfermedad no tenia diagnostico preciso, y su comportamiento era normal en relación al de sus hermanos que eran unas verdaderas joyas, dice “Ellos eran tan tremendos y hacían cada cosa, que mis locuras pasaban por alto”.
Cuando los episodios fueron muy fuertes y sus familiares no tuvieron forma de manejar la situación, tuvo que ser hospitalizada en el Psiquiátrico de Sebucán, dice aliviada que fueron pocas las ocasiones “Ese lugar es realmente terrible, muy triste”. Los episodios más comunes han sido los depresivos, en ellos pierde el ánimo de comer, tener contacto con su entorno, asearse y hasta tiende a dormir más que antes. En el polo maníaco una fuerza la arrebata, en este caso puede estar despierta día y noche, redecorar la casa 3 veces en una semana, hablar de más, e incluso hacer cosas descabelladas.
Ha llegado a la casa diciendo que la han despedido del trabajo, cuando el jefe ni siquiera le ha dirigido la palabra. Ha recogido todos los implementos de cocina para desecharlos, pues comprará nuevos, aun cuando no tiene dinero. Cuando se siente mejor, no recuerda nada. Una vez fue entrevistada por una revista dominical sobre su enfermedad -Estaba viviendo un episodio maniaco- y diagnosticó públicamente de bipolares a su madre e hija menor, ellas nunca padecieron de la enfermedad. No conforme con tener cambios emocionales fuertes, se ha visto afectada a nivel estomacal, pues los medicamentos son muy fuertes, además, somatiza su estado psicológico en el sistema gástrico, lo que le ha originado ulceras sangrantes.
Josefina, siente cierta satisfacción cuando conoce que alguna personalidad sufre el trastorno, no porque le alegra que tenga el padecimiento, sino porque no está sola. Conocer que Catherine Zeta-Jones, Mel Gibson y Jim Carry son bipolares, le hacer saber que la enfermedad no es impedimento para lograr las metas que se proponga. A pesar de todo ha llevado una vida normal, estuvo casada una vez, tuvo dos hijas a las que crió sola y desempeñó labores impecablemente en varios ministerios del país.
El centro de apoyo
La bipolaridad tiene varios niveles de complejidad, el caso de Josefina es tratable, pudo desenvolverse cotidianamente sin problemas y esto se confirma cuando es nombrada presidenta de La Fundación Bipolar Zaida Abraham, donde logra desempeñar las actividades sin contratiempos. Esta fundación sin fines de lucro, fue creada por Zaida Abraham, quien tiene una hija que sufre de este trastorno, la idea es dar apoyo a la persona que sufren la enfermedad, y ayudar a los familiares cercanos para que sepan manejar la situación. En esa institución se puede conocer gente que no ha logrado trabajar nunca, a algunas se les hace imposible tener relaciones personales estables, hay mujeres que no pueden tener hijos, dado que dejar de medicarse durante la gestación podría implicar sufrir una crisis que requiera la reclusión en un psiquiátrico. En algunas ocasiones Josefina ha logrado conseguir ayuda financiera de laboratorios, e incluso, por ser tan farandulera y hacer de extra en una que otra producción de TV, ha conseguido ser entrevistada para dar notoriedad a la fundación bipolar.Logrando que más personas asistan a ella y logren conseguir respuesta a tantas preguntas que les genera este padecimiento.
La Fundación se reúne los primero sábados de cada mes a partir de las 8:30 a.m., en la Iglesia San Luis Gonzaga del Cafetal, en la calle La Guairita (Frente a la clínica de los ojos). También se puede contactar a la fundación a través del correo o por el teléfono.
Cuando se quiere se puede
Una vez diagnosticada la enfermedad es importante seguir un tratamiento, guiarse por las recomendaciones de un psiquiatra que conozca de cerca el historial del paciente. Ha sido esto lo que le ha permitido a Josefina seguir llevando una vida normal y poder realizar toda lo que se proponga. Hace poco, su única angustia fue conseguir un medicamento (Trypatanol), pero entre sus hijas y compañeros de la fundación pudo hallarlo. Fueron momentos de angustia, ya que el medicamento que le sirvió de reemplazo no estaba logrando mantenerla estable, por lo que cayó en un depresión, que logró controlar en poco tiempo afortunadamente. El caso de Josefina, es otra de las historias capaz de llenar de optimismo a quienes estamos a su alrededor. Pues nos enseña que nada es imposible y las limitaciones son sumamente subjetivas, porque cuando se quiere se puede. Ella sigue ayudando a otros a través de la fundación, yo la sigo admirando por su fuerza para llevar la vida y la buena disposición con que apoya a otras personas con su misma enfermedad. Ya la perdoné por decir en la entrevista que yo también era bipolar, mi abuela, murió sin enterarse de esa entrevista en la revista dominical.
Gala Gabriela
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