Llegó el último fin de semana del mundial, los dos últimos juegos donde todo se define y lo que se nos viene es de lo mejor. Aún por decidir, además, quien es el Bota de Oro, el Balón de Oro y el Guante de Oro… en tan poco tiempo todo aún en juego.
Este sábado se define el tercer puesto, ese juego que nadie quiere jugar pero en este caso se convertirá en un encuentro de vida para una Brasil herida de muerte en su país tras la humillante derrota germana. Holanda llega quizás con menos ganas pero siempre vencer a Brasil es un reto para todo seleccionado de fútbol y Robben, nominado para el Balón de Oro, quiere cerrar de lujo su participación en esta copa del mundo.
La final es otra reedición de los duelos América y Europa que hace 12 años no ocurrían en esta gran instancia mundialista. Las dos últimas veces que se produjeron ganaron los suramericanos pero fue Brasil en ambas ocasiones ante Italia y Alemania (1994 y 2002 respectivamente). Las dos anteriores a estas de la canariña las jugaron justamente Alemania y Argentina con división de honores.
Alemania llega jugando un mejor fútbol y su goleada histórica en semifinales los hace ver un poco más fuertes que los argentinos. Sin embargo, la albiceleste, al contrario de lo que se esperaba, ha basado su juego en un fútbol de conjunto y orden y no en las individualidades que tiene muchas. Quizás la llave que ha llevado a Argentina a jugar la final fue muy ligera y con equipos de no tan alto nivel pero en semifinales ante Holanda demostraron que pueden dar guerra a cualquiera sin aparecer sus ídolos.
Esta será la cuarta final que jueguen los argentinos y la tercera frente a Alemania. En 1986, en aquella Argentina de Maradona, Valdano, Burruchaga y compañía, vencieron los suramericanos por 3-2. Argentina llegó a ir ganando 2-0 y los germanos lograron empatar el partido pero un pase genial de Maradona a Burruchaga en el 83 dio la copa a la albiceleste. En 1990, el siguiente mundial, reeditaron la final y en el 85 marcó de pena máxima Brehme para ganar Alemania por la mínima en un juego muy polémico donde los suramericanos terminaron con nueve jugadores por la expulsión de Monzón y Dezotti luego del dudoso penal que sentenció el mexicano Edgardo Codesal.
Ahora en el 2014, Müller y Messi se juegan el mundial y la oportunidad de anotar su nombre en la Bota de Oro, Romero y Neuer de llevarse el Guante de Oro, Alemania de convertirse en tetracampeón y alcanzar a los italianos y Argentina de lograr el tricampeonato y estar a la altura de los germanos.
El final que se viene es de infarto: Brasil a lavar la cara en Brasilia, Alemania y Argentina a seguir haciendo historia en Río de Janeiro. Ante estas grandes batallas deportivas hay que arriesgarse con pronósticos muy cerrados: Alemania, tras la goleada épica a Brasil, se convertirá en el Cristóbal Colón del fútbol y será el primer europeo en conquistar terrenos futbolísticos americanos. Brasil calmará a su dolido país y alcanzará la tercera plaza tan odiada siempre y tan querida hoy en día para ellos. La Bota de Oro será para James Rodríguez y Müller que marcará uno en la final para alcanzarlo, el mejor jugador del mundial y balón de oro será para Robben y el Guante de Oro lo terminará llevando Neuer que será decisivo en la final de Río. ¿Osado con tanto pronóstico? Sí… pero un final de infarto así lo amerita.
Juan Carlos Martínez
BIEN de quien lo merezca y MAL de quien se lo gane porque en el fútbol, como en la vida, hay ganadores y perdedores, pero TODOS juegan
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