Los que se quedan y los que se van: La decisión de emigrar

Los que se quedan y los que se van: La decisión de emigrar

Gabriela Rojas tiene 33 años. Es periodista; docente universitaria y voluntaria en Plafam, organización que se dedica especialmente a orientar a las mujeres más jóvenes. Es mamá de una niña de seis años, esposa e hija. Asegura que despierta cada día muy temprano y confiesa que muchas veces el día no le alcanza para todas las actividades, pero que, al final, la jornada vale la pena.

“Todas las mañanas me paro a las 6 para convencer a mis estudiantes, porque de eso se trata, de convencerlos de que el periodismo es lo máximo. Sigo trabajando y hago muchas cosas en el día. No tengo tiempo para plantearme si el país me quiere o no. Hago mi trabajo como corresponde y busco todos los días generar el cambio”.

Para Gabriela la emigración siempre ha existido. “Lo que pasa es que ahora necesitas responsabilizar a alguien. Ni siquiera es una cuestión de decisión. Hay una situación país muy complicada, pero hay una necesidad de la gente de justificarse, es decir, que me voy por esto. Y eso no es cierto. Es como hablar de la imposibilidad. Si ves los planteamientos de todas las personas que se han ido, al menos las de mi entorno, ponen la situación como que es la última opción que tienen. Móntate en la balza, porque ya esto se acabo. Es demasiado fatalista. Y no quiere decir que lo vea fácil, pero tengo la impresión que están hablando desde un entorno que alimenta eso. Si vamos a la realidad, la emigración es un tema de la clase media. Más nadie está pensando en que se tiene que ir”.

“No es cierto que Venezuela sea inviable”.  La periodista asegura que en los diversos espacios donde se mueve ha escuchado planteamientos “como que el país es inviable, otros de que ya no se puede vivir en Venezuela, que es imposible. Y eso, no es cierto. La prueba es que hay muchísima gente haciendo cosas. Que es más difícil de lo que nosotros quisiéramos, pues sí. Pero la verdad que no puedo hablar de una emigración obligada. Realmente es una situación difícil, pero no insuperable. De hecho, me parece una posición fatalista e irresponsable, que tú digas que se acabó el país y te vas”.

A Gabriela Rojas le cuesta entender cómo la población formada, con la capacidad de cambio, con la capacidad de generar y movilizar pensamiento, acción, construcción, se quiere ir. “Hay un planteamiento individualista, que es válido. Pero no hables desde el colectivo. Es que quiero tanto a mi país, que me voy para que se termine de podrir. Mi sensación es ‘de verdad lo quiero  tanto, pero como está podrido me voy. Quiero que se arregle. Pero lo harán otros. Yo no lo voy a hacer'”.

Maiquetía 2

Una decisión individual

Iván de la Vega, sociólogo y profesor de la Universidad Simón Bolívar, se ha encargado en los últimos años de cuantificar el proceso migratorio en Venezuela. Explica que Venezuela desde el 2000 no lleva la pista de cuánta gente sale y cuánta entra al país. Los estudios realizados y publicados en distintos formatos, tales como libros, capítulos de libro, artículos arbitrados y trabajos de grado, procedentes de la línea de investigación sobre movilidad, migración y diásporas intelectuales que se ha venido desarrollando ininterrumpidamente desde el año 1996, ayudan a estimar que la emigración de venezolanos hasta ahora alcanza 1.481.000 personas, diseminadas en por lo menos 65 países.

De la Vega tiene un capítulo titulado Tráfico pesado de venezolanos cualificados hacia múltiples destinos, en el libro: Diáspora de Talento. Educación y Migración en Venezuela. En ese texto, hace referencia a la investigación Dificultades y dilemas de la política de inmigración (Arango 2005), que expone que la decisión de emigrar es individual y la misma es tomada por actores racionales que buscan aumentar su bienestar al trasladarse a lugares donde la recompensa por su trabajo debe ser mayor que la que obtienen en su país. Se busca compensar los costos intangibles que se derivan del desplazamiento (Arango, 2005).

“No puedo pararme en esa posición”. Gabriela Rojas es enfática al resaltar la responsabilidad que siente por su formación. “Vengo del ascenso social. Fui una muestra de ello. Sé lo que es ir para abajo o ir para arriba. Mi primera razón entonces para quedarme en Venezuela es que tengo una formación que me diferencia de mi entorno. Fui educada en este país. Siento que fui privilegiada en un grupo. Estudié en el sistema público, en universidades públicas y privadas, tuve una posibilidad”.

“También sufro el miedo”. Rojas apunta que su segundo planteamiento está relacionado con el miedo, “porque también lo sufro. Entiendo la imposibilidad económica. No puedes comprarte una casa, un carro. Hago mercado, incluso mucho más que los ejemplos que pudiera tener a mano. Pago crédito de casa, de carro. Pago escuela. No me preguntes cómo, pero lo hago.  ¿Cuál es mi punto de vista? Que es muy fácil decir desde una decisión individual, que tiene unos soportes distintos, que aquí no se puede vivir. Eso no es cierto. En este país, por lo menos 10 millones de personas que conforman la población econoómicamente activa. Y esa poblacion sigue aquí. Vas al registro y todos los días se registran empresas. Tengo amigos que comienzan con pequenias empresas. Ese es dinero que mueve esta economía.

“Formo parte de la población que está preparada para generar un cambio”. Las posibilidades no le faltan a Gabriela Rojas. “Pudiera irme. Pero mi planteamiento es que formo parte de la población que está preparada para generar un cambio. No podemos darnos el lujo de no ser agentes de acción. No podemos decirle a la gente es que no se puede hacer más nada. Entonces, que venga el volcán y nos lleve”.

Las razones que llevan a Gabriela a quedarse es la incidencia, que aplica y disfruta en medios de comunicación, en educación y en instituciones. “Trabajo en Plafam como voluntaria, no me pagan ni un bolívar. Trabajo en universidades, donde me pagan dos bolívares, y escribo en medios de comunicación social. Si nosotros, y hablo de mi entorno directo, somos agentes de cambio y con muchas más posibilidades de generar cambio en la sociedad, no lo hacemos. ¿Quién lo va a hacer?  ¿el malandro?, a él no le interesa, porque además, no tiene conciencia de que es producto de una falla. Pero nosotros sí tenemos esa conciencia. Entonces, yo me siento dos tardes a la semana y hablo con 10 carajitas para que no salgan preñadas de 10 malandritos. Que de las 10, 8 salieron preñadas, pero dos llegaron a la universidad, cinco malandritos menos. De a poquito. Y no es algo romántico. Es práctico. Es una realidad tan práctica es que si uno no lo hace, no lo va a hacer nadie. No lo va a hacer Lorenzo Mendoza, ni Maduro, ni Chávez”.

Un planteamiento práctico. “Más allá del planteamiento romántico, patriótico. Me fastidia el patriotismo, porque para mí no existe. Y mucho menos nosotros que fuimos criados sin ideología histórica. Más allá de eso, lo que sí tengo y es mi gran argumento para quedarme, mientras sea viable y para mí sí lo es, porque lo vivo, es que tengo una responsabilidad como agente de cambio y el país está en el peor momento. Hay gente como Sumito Estévez y Valentina Quintero que tienen un planteamiento práctico y están generando más dinero que nunca porque están encargados de propiciar los cambios”.

¿Por qué crees que Banesco gasta esa cantidad de plata en hacer un comercial de ese calibre?, porque sabe que hay una necesidad de generar positivismo. No hay nada superior y etéreo que va a superar el problema.  Somos nosotros quienes resolveremos los problemas”, sentencia la docente universitaria.

Una responsabilidad de entorno. “Tiene que ser posible que las cosas se resuelvan. Tengo una responsbailidad, incluso de entorno. Ahí está mi hija. Está en un sistema educativo y yo hago el trabajo complementario. La llevo al Sistema de Orquestas, al ballet. Si mañana ella decide que se quiere ir, pues tendrá las herramientas que le dio su país”

Gabriela Rojas concluye que el cambio no se genera solo. “Mi plenteamaiento es que estamos en una situación crucial de país y cada quien tiene que generar cambios desde su trinchera. Y voy a hacer mi trabajo aquí, porque aquí fui formada. Y mientras no haya una necesidad real, no me voy”.

Un tema complejo

Iván de la Vega sostiene que el tratamiento teórico-conceptual que se le ha dado a nivel mundial al tema migratorio desde la segunda mitad del siglo XX, ha evolucionado de forma constante y en ese proceso ha jugado un papel preponderante el cambio propiciado por el avance tecnocientífico. Lo importante en la comprensión del tema migratorio, es tener claridad en lo que respecta al asunto tratado, debido a su extrema complejidad por la diversidad de aristas que se presentan, como lo son las formas, tipos, procesos, actores, motivaciones y el condicionante de los contextos socioeconómicos y políticos de los países en momentos determinantes en la vida de las personas.

Foto: VTV

Foto: VTV

Elegir y las implicaciones emocionales

Marcos Guerrero es ingeniero electricista con postgrado en Gerencia y Telecomunicaciones. Ha trabajado en una misma institución por más de 20 años, casi el mismo tiempo que lleva casado. Cuenta que después de 47 años le tocó vivir solo por primera vez, en una habitación y en un país que no es el suyo. Asegura que lo hace por sus hijos de 10 y 15 años, y porque no observa un futuro próspero para ellos en Venezuela. “Jamás pensé hacerlo pero me tocó tomar la decisión básicamente por tres razones: Inseguridad, inflación y escasez”.

Marcos vive en una casa de familia chilena que estuvo muchos años en Venezuela y que, por agradecimiento y retribución al país que en algún momento los recibió, ahora está apoyando a los venezolanos. En esta oportunidad viajó solo mientras se estabiliza y reúne las condiciones para estar con su familia en territorio ajeno.

“La decisión la tomamos (mi esposa y yo) en el año 2014 durante los disturbios que en 2 oportunidades me hicieron correr junto a mi familia para evitar ser agredidos por algunos perdigones.  En esa oportunidad, no salimos de la casa durante mas 30 días. Sólo salíamos a comprar comida. Escogimos a Chile por una amiga que me ofreció ayuda y me indicó que ese país estaban muy bien y que había oportunidad de desarrollo profesional”.

Cuenta su experiencia en los organismos del Estado cuando inició los trámites que exigen a la hora de establecerse en otro país, de manera legal. “Empezamos desde cero a tramitar los documentos necesarios para solicitar la visa temporaria profesional y muchas veces salimos de madrugada para poder tener un número que nos garantizara ser atendidos en los ministerios. Recuerdo que en una oportunidad cuando fui a retirar mis notas certificadas en el Ministerio de Educación se burlaron de todos los presentes. Algunos funcionarios gritaban ‘apúrense para que se vayan al Ministerio de Relaciones Exteriores y de allá saldrá un autobús que los llevará a Maiquetía y, finalmente, el avión los estará esperando en el aeropuerto para que se vayan de una vez’.  Esto es denigrante sentir que te botan de tu país”.

Empezar desde cero. Para Marcos es muy difícil empezar de nuevo, “sobre todo cuando mis hijos lloran por skype y cuentan los días para vernos, sin ni siquiera saber cuándo realmente nos veremos de nuevo. He sentido mucha preocupación cuando se han enfermado pero con fe y esperanza en Dios siento que todo pasará pronto”.

Relata que Santiago es una ciudad muy grande y que está dividida en comunas. “Para buscar economía, decidí hospedarme en la zona sur donde la comida es más económica. Sin embargo, para buscar trabajo y colegios a mis hijos me ha tocado caminar mucho ya que el transporte es muy costoso y no puedo tomarlo a diario. A veces camino más de 20 kilómetros diarios, lo cual me permite conocer la ciudad y relajarme de todo lo nuevo que vivo”.

“Aquí no te están esperando con los brazos abiertos, ya que tienes que luchar, indagar y conocer de todo los aspectos de la vida y de esta forma sabrás a qué te enfrentas cuando buscas oportunidades de trabajo. Ofertas de empleos hay muchas pero también hay muchos extranjeros y chilenos provenientes del interior que buscan oportunidades de trabajo lo que se traduce en mucha demanda”.

De la Vega considera que dado el renovado interés del tema migratorio con sus distintas modalidades, se puede señalar que independientemente de los avances tecnocientíficos, una decisión de vida como esa, tiene elementos emocionales que pueden afectar a las personas de distintas formas. Cuando finalmente se decide un asunto trascendente, significa que el individuo ha evaluado el complejo proceso y sus consecuencias. Construir un rompecabezas hasta llegar a organizar un mapa completo de la situación teórica a la que se enfrentará en el país y lugar elegido, es la primera tarea. Evidentemente, existen condicionantes que afectarán en algún grado al inmigrante y entre esas posibilidades se encuentran los costos del viaje y la subsistencia inicial, el clima, el idioma y la adaptación a la cultura del país de acogida, inclusión en el mercado laboral, xenofobia y el aspecto emocional que es clave en cambios de vida abruptos (Arango, 2005), Dificultades y dilemas de la política de inmigración.

Un poco más de sueldo mínimo. Aún con el aval que tiene Marcos de haber cursado estudios de cuarto nivel en un área estratégica como telecomunicaciones, hasta ahora, el único empleo que le han ofrecido en Santiago es de vendedor de servicios, para ganar un poco más de sueldo mínimo (aproximadamente 370 dólares). No obstante, ese sueldo le permite vivir en la ciudad y hasta puede ahorrar mientras ubica una mejor oportunidad.

Aunque los trasnochos los sufre casi a diario, Guerrero se despierta cada día temprano para seguir luchando por él y por su familia. “Ya con el hecho de no sentir inflación, ni escasez, ni inseguridad, me siento bien y con ganas de seguir hacia adelante“.

A Marcos Guerrero le gustaría volver a Venezuela. “Aquí (Santiago de Chile) siempre serás un extranjero y no te sientes en tu casa, sin tu familia, amigos y conocidos. Pero mientras observe que a cada momento se agrava la situación en Venezuela no quisiera hacerlo, más aún cuando observo en las calles de Santiago a tanta gente a altas horas de la noche caminando con mucha seguridad y a los jóvenes disfrutando la vida que se merecen con la garantía que los niveles de violencia son muy bajos”.

Para De la Vega, la conclusión más preocupante de su estudio “está referida a que Venezuela está perdiendo su capital más importante, el intelectual”.

Una elección propia y aislada de la actual situación país

“Siempre he querido vivir fuera de Venezuela, desde que me acuerdo y cuando he podido lo he hecho. ¿Por qué migrar? Nunca me he sentido nacionalista, me molesta la actitud de viveza, trampas, amiguismos (soy muy asocial) del venezolano en general, suena mal pero siempre he creído que nací en el lugar equivocado“, alega María Alejandra Márquez, quien acaba de mudarse a Ecuador. Explica que ha migrado varias veces, “siempre que he podido pagarme mi salida del país. Si hace 20 años hubiese tenido la manera de costearme boletos y manuntención me hubiese ido apenas terminara el bachillerato”.

Las condiciones actuales del país no afectaron su decisión. “No migré por las condiciones del país. Migré porque nunca he querido vivir en Venezuela. Mi carácter y forma de vida es menos latina, menos pasional, menos familiar”.

Comentarios

Comentarios


Tags assigned to this article:
CifrasDecisiónemigrarGabriela RojasIván de la VegaMarcos GuerreroMaría Alejandra MárquezmigraciónVenezuela

Related Articles

0 Destacado 3 meses ago Infografía: La transición según tres expresidentes

Infografía: La transición según tres expresidentes

Comparte en WhatsAppEl gobierno habla de una transición hacia el socialismo, la oposición de una transición post “revolución bolivariana” e

7 Claves para entender las Zonas Económicas Especiales

Comparte en WhatsAppLas Zonas Económicas Especiales son espacios confinados desarrollados por el Ejecutivo y la empresa privada para allanar el

Primero Justicia es el partido más votado en las primarias de la MUD (+lista)

Comparte en WhatsAppBajo un clima democrático y participación que estiman en más de 550.000 electores en todo el país, la Mesa de

No comments

Write a comment
No Comments Yet! You can be first to comment this post!

Write a Comment

Your e-mail address will not be published.
Required fields are marked*

Somos el medio del centro, únete y comparte con nosotros.

 

 

 

Powered by WordPress Popup

Leer entrada anterior
wpid-sketch-gen-1-2-3-1.jpg.jpeg
La metra azulada, por Niurfreilis Bolívar

Cerrar