Gloria Salazar lucha por los derechos con alegría y optimismo consciente para transformar el país

Gloria Salazar lucha por los derechos con alegría y optimismo consciente para transformar el país

Para  comer sabroso y practicar zumba, bailar por largas horas y subir el Ávila no están divorciados. Tampoco ser joven y luchar por los Derechos Humanos. Nacida y criada en La Pastora, hija de un periodista margariteño y una secretaria bilingüe falconiana, la lucha por los derechos de comunicación e información la encontraron y no al contrario, pero la empatía y lo escuchado en casa la llevaron por medio de una senda que la ha llevado hoy a ocupar, a sus 31 años recién cumplidos, la Coordinación de Planificación, Monitoreo y Evaluación de Espacio Público. “Fue mi decisión quedarme”.

Después de vender libros por teléfono, trabajar en protocolo, como recepcionista, recreadora y pasante de investigación de mercado para CISOR y el Centro Gumilla, recibió una llamada para ser pasante en Espacio Público, mientras estudiaba el cuarto año de Sociología en la Universidad Católica Andrés Bello. La habían encontrado en una web de empleo. “Terminé haciendo mi tesis sobre la percepción de la ciudadanía respecto a la libertad de expresión y quien era mi coordinadora en Espacio Público, Débora Calderón, se convirtió en mi tutora de tesis, mi mentora y amiga hoy en día”.

Su papá fue sindicalista del gremio periodístico y su mamá trabajó en una empresa de desarrollo de proyectos petroleros y petroquímicos en Caracas, quien luego se dedicó a ser traductora. “Siempre fue muy comunicativa y con sus anécdotas siempre nos inculcó el ser compasivos y reclamar las injusticias, sin mucho tiempo disponible para estar metida en el colegio, me enseñó a resolver las diferencias razonando, no importara que mi interlocutor fuera mayor en edad o más poderoso. Mi papá nos transmitió la pasión de trabajar para que se respeten los derechos de la gente”. Estudió educación básica y diversificada en el Colegio Agustiniano La Divina Pastora, fundado por la Madre María de San José y pensó en ser monja, pero en la congregación la convencieron que no todas las personas con interés por lo social terminaban en una orden religiosa.

Camino andado

La pasante que decidió quedarse fue promovida a Asistente de investigación, luego a Coordinadora del Observatorio de Libertad de expresión y hasta el puesto que posee ahora. “Continúo porque lo que hago cada día proyecta exactamente lo que tengo ganas de hacer cuando me despierto. Vivo la gratificación que te da tener la libertad de que tus ideas y la de un equipo se conviertan en un proyecto para beneficiar a muchos, para gente que ni conoces, la fortuna de que lo que haces a diario está dedicado directamente a tus preocupaciones como joven por el bienestar de tu país, sentirte útil a ese beneficio común, es fascinante y me llena de adrenalina. Los riesgos muchas veces nos impulsan a trabajar más duro y mejor”.

Estos incluyen ser señalados por el presidente Nicolás Maduro de recibir pago en dólares para “hablar mal del país”. Y en el caso de Espacio Público, de haber recibido ataques electrónicos para intervenir sus comunicaciones. “Nosotros seguimos trabajando a pesar de que por varias vías intenten deslegitimar el trabajo de las organizaciones sociales de defensa de derechos humanos. Cuando denunciamos lo que pasa con la libertad de expresión, lo que esperamos es que se corrijan este tipo de acciones por parte del Estado. No que pierdan tiempo y recursos en atacar. Es nuestro deber denunciarlo y es deber del Estado responder positivamente y solucionar los retrocesos que se evidencian”.

Confiesa que ha llorado durante una cena dominical por recibir una denuncia de un periodista o infociudadano. “Tienes que estar mosca del celular o el correo siempre 24/7. Pero tienes que actuar. Cuando trabajas en una organización de derechos humanos, hasta el mensajero cuando está de vacaciones termina revisando el correo “por si acaso”. Pero es que las violaciones de derechos humanos no tienen días de vacaciones”.

Gloria se declara optimista, pero sin evadir la realidad sino ser sensible ante lo que sucede, lo que le sirve para tomar las “constantes malas noticias de este trabajo” para cambiar las cosas. “El optimismo consciente construye porque si algo es posible entonces tienes que intentarlo. Trato de detenerme en cosas pequeñas que a veces pasan desapercibidas y que están a nuestro alrededor, que cuando las concientizas te llenan de regocijo. Te permite darte cuenta de que tienes mucho que agradecer y ese es el primer paso para ser feliz a pesar de lo duro que puedan ser los desafíos”.

Juventud activista

El 10 de julio, Gloria participó en una conferencia en línea del World Youth Movement, sobre la participación de jóvenes en organizaciones de promoción y defensa de los Derechos Humanos y Democracia. Entiende el mayor interés por la coyuntura nacional, pero señalar que “debe ir de la mano con una profundización, para que las acciones puedan tener mayor solidez y perdurabilidad. Que el esfuerzo no sea efímero. Han nacido muchas organizaciones conformadas por jovenes quienes fueron las propias víctimas de la represión. Y defensores jóvenes han sido los representantes legales de muchas de las víctimas. El apoyo y la labor de las organizaciones con más experiencia y de defensores más experimentados ha sido imprescindible”.

Y en carne propia, Gloria ha tenido que vencer el mito de la juventud inexperta o inmadura con el del ser mujer. “Si vas a una reunión o actividad externa de trabajo con un par masculino lo más frecuente es que se dirijan a él y no a ti o que de entrada piensen que es tu superior. Es más fácil que te tomen en cuenta si eres hombre. Por lo general tienes que realizar un mayor esfuerzo para obtener la atención y poder hacer tus planteamientos e ideas”. Sin embargo, revela que esto no pasa dentro de las ONG y que hay avances en igualdad de género en el país.

Cuenta con alegría que en su casa, no hubo críticas para estudiar “carreras come flor”. Gloria comparte con un hermano artista plástico, otro actor y comunicador y una hermana Doctora en Letras, “siempre nos estimularon y apoyaron a hacer lo que nos sintiéramos bien haciendo y prevaleció la herencia de la vena humanista y la humanitaria”. Así que cada vez que puede, se reúne con ellos para comer juntos.

 

Comentarios

Comentarios

Jeanfreddy Gutiérrez

Jeanfreddy Gutiérrez

Licenciado en Comunicación Social de la Universidad Bicentenaria de Aragua, mención Comunicación y Desarrollo (2010). Egresado del programa Lidera de la Fundación Futuro Presente y fundador del Picnic Urbano de Maracay. Interesado en la fuente ambiental.


Etiquetas asignadas a este artículo:
Espacio Públicogloria salazarJeanfreddy GutiérrezjuventudmujerVenezuela

Artítulos Relacionados

Salomón Raydán convirtió el “bolso” en bankomunales de ahorro y crédito popular

  Salomón va más allá de donde llegó Mohammed Yunus. Su propuesta de “La Otra Microfinanza” (Libro, PDF) asegura que a

4 artículos por el respeto a la diversidad sexual

Una causa que suma más gente. Este 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia,

0 Destacado 5 meses Malaria: Los mosquitos del contrabando

Malaria: Los mosquitos del contrabando

[ad name=”320×100 Adsense”] El pueblo de Ortiz se está quedando deshabitado. Los jóvenes huyen por su vida, mientras los restantes

No hay comentarios

Escribe un comentario
No hay comentarios aun! Puedes ser el primero en comentar este post!

Escribe un comentario

Tu correo electronico no será publicado.
Los campos requeridos están marcados*

Somos el medio del centro, únete y comparte con nosotros.

 

 

 

Powered by WordPress Popup

Leer entrada anterior
(c) Cambur y Medio
Manchetazos 13 de julio de 2015

Cerrar