El SICA: La mejor herramienta de control gubernamental sobre los inventarios
El control gubernamental se extiende sin límites. Todos los inventarios de alimentos o materias primas son conocidos por el Ejecutivo a través de las guías de movilización emitidas a través del Sistema Integral de Control Agroalimentario (SICA), que le permite saber con exactitud dónde se encuentra cada gramo producido o importado en el país.
El SICA es la plataforma tecnológica que funciona a través de internet, administrada por la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (SADA), donde todos los integrantes de la cadena agroalimentaria (productores, distribuidores, comerciantes e importadores) deben inscribirse y proporcionar la información exacta sobre sus rubros.
Desde que el SADA, que depende del Viceministerio del Sistema Socialista de Alimentación, creó que el SICA en el año 2008, se han erigido diversos rumores sobre el mecanismo.
El ojo gubernamental
Una fuente ligada al área de alimentos aclaró que con las guías que genera el sistema, el Gobierno es capaz de conocer hacia donde se distribuyen los productos e incluso puede pedir que se cambie el abastecimiento de un lugar hacia otro, sin que las empresas controlen en porcentaje alguno la mercancía que distribuyen en el país. “El ente emisor de la guía establece destino del producto y cantidades, sobre todo cuando es autorizado para los estados fronterizos”.
¿Por qué esa preferencia? Lo cierto es que cuando comenzó a aplicarse en 2008, sólo se hacía en los estados fronterizos como Táchira, Apure, Zulia y Barinas, con el objetivo de detener el contrabando de productos de la cesta básica, pero posteriormente se extendió a todo el país. Después fueron incorporados otros rubros como medicamentos, productos de limpieza y aseo personal, cabillas y cemento, entre otros.
El mecanismo opera mediante un mecanismo denominado Guía Única del SADA, que permite control y vigilar, no sólo la producción, sino el despacho de todos los alimentos que circulan en el territorio nacional. Las guías de movilización definen a qué clientes se despacha y a cuáles no. De hecho, pueden redirigirse de un estado a otro, de acuerdo con las necesidades de abastecimiento que establezca unilateralmente el Ejecutivo, reveló una de las fuentes consultadas, que está ligada a una empresa de alimentos.
Para una de las fuentes consultadas que prefirió mantenerse en el anonimato es imposible argumentar que la escasez es responsabilidad de las empresas, o siquiera que existe acaparamiento si el Gobierno conoce con precisión dónde están los alimentos o materias primas, importados o nacionales. “El Gobierno tiene toda esa información en sus manos y redirige la mercancía cuando le es conveniente”.
Proceso a discreción
Al final, todo queda a manos del Gobierno, pues en el caso de los productos terminados se informa toneladas métricas de productos regulados que lleva el camión, su origen y destino, placas del vehículo y nombre del chofer. El sistema también pide a qué clientes pretende despachar los productos y en qué cantidades. Luego el SADA autoriza o no la distribución.
La experiencia relatada de un empresario consultado indica que si el SADA no autoriza la guía de despacho, entonces se bloquea el acceso al sistema y debe anularse la factura. La mercancía debe facturarse a otro cliente, en algunos casos escogido por el Ejecutivo.
Sólo con la aprobación puede imprimirse la guía y entregársela al conductor que debe llevarla durante la distribución, pues si no la tiene o existe alguna inconsistencia en los datos, la Guardia Nacional Bolivariana puede retener el camión, contó la fuente.
Cuando el camión con la mercancía llega a su destino el transportista debe entregar la guía a las personas responsables en ese lugar. El comerciante ingresa nuevamente al SICA para reportar la recepción del proceso y finaliza la movilización.
Las redes de Pdval, Mercal y Bicentenario (propiedad del Estado) también requieren guías de movilización.
¿Legal o no?
Luis Alfonso Herrera, abogado especialista en derecho de propiedad, expresó que las guías de movilización “violan la libertad económica en plano”, pero esa no es la decisión de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que en el año 2008 declaró sin lugar un recurso de nulidad ejercido contra la medida.
En esa oportunidad, un grupo de abogados denunció que la norma violaba el derecho al libre tránsito, pero el tribunal dictaminó que la movilización de productos alimenticios se regula por normas que señalan cómo será su traslado a todas las regiones, por lo que las guías de movilización no constituían un obstáculo para la distribución de alimentos, sino que obedece a la necesidad de evitar el desabastecimiento en las regiones “afectadas por el desequilibrio en su distribución”.
Causa de retrasos
La Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) denunció la caída del SICA los días 2, 3 y 4 de marzo, lo cual motivó que ni un solo camión saliera a distribuir alimentos en el país. “Eso es preocupante porque las empresas no tienen más de dos días de inventario por miedo a que los acusen de acaparadores”, señaló Pablo Baraybar, presidente de la junta directiva del gremio durante una rueda de prensa.
El incidente se resolvió el 5 de marzo. Sin embargo, causó preocupación en el empresariado que por falta de una guía de movilización no hubiera despacho, ni movilización. “Paralizar un camión causa grandes problemas de distribución, pero al parecer, si vuelve a suceder, se hará un guiado manual”, algo que quedará por verse, pues existen empresas que generan hasta 2.700 guías diarias.
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